martes, septiembre 06, 2005

Obsesion, deseo y realidad (II)

Día 13
Hay días en que puedo ser yo, pero no es uno de esos días, pienso y pienso, creo que pienso demasiado, lo miro y miro... ¡ y él se da cuenta!, yo estoy como zombie con la vista pérdida para mi suerte más allá de su persona, pero el se me acerca y pregunta que me pasa, ¿estás triste? Me dice mirando directo a mis ojos y con una sonrisa tan cálida que podría derretir el polo. Me cuesta articular palabras y solo atino a decirle que estoy enferma, (eso , resfriada, con peste, gripe o algún bicho raro), mientras pienso cuanta tontera se me viene a la cabeza me dice que me lleva a la casa, que así no puedo trabajar, que avise y me voy... ordenes son ordenes.
Parece que no hay un día completamente bueno o completamente malo después que sentía que el mundo se me venía encima estoy en su auto rumbo a mi casa.
Como en teoría estoy super enferma no es necesario que hable demasiado, nos subimos al auto y me pide las indicaciones para llegar a la casa, es un día de primavera no hace calor pero si lo suficiente como para salir solo con camisa, noto que el color le queda bien que el primer botón de su camisa está desabrochado y deje entrever los vellos del pecho... apenas, pero lo suficiente como para estimular mi curiosidad e intentar ver o imaginarme el resto, mientras se detiene en un disco pare, es inevitable que ambos abramos la ventana del auto , pienso - no tiene aire acondicionado - pero minutos después es lo menos que me importa por que la circulación del aire hace que la camisa se abra entremedio de los botones, con cara de moribunda examino y recorro todo lo que mi vista me permite para luego sentir como se aprieta mi estomago mi ojos se cierran y mi imaginación me saca de allí , puedo verlo por fin a torso desnudo y sentir mis manos acariciar su espalda , mi boca acercarse a su cuello sentir su aroma y descansar sobre él, reacciono y vuelvo a la realidad ; falta poco para llegar a mi casa gentilmente me abre la puerta y me pregunta si estaré bien , yo le doy las gracias y de alguna manera sonrío, estoy a buena hora para darme una ducha fría y pasar otra noche en vela.


Día 17
Buscando un papel en el escritorio de Maira, encontré otro con corazoncitos y todo con el tal Mauricio y varias veces escrito M y M igual que el dichoso chocolate, ¡era lo que me faltaba! Ahora no puedo ni siquiera hablar con ella de lo que me pasa porque de un minuto a otro se convirtió en mi “enemiga”.

Día 18
Para variar otra noche sin dormir, no puedo, no tengo sueño, miro y miro la tele y no hay nada que me entretenga, ni siquiera un poco, mientras trato de tomarle el hilo a una serie (donde alguien mató a alguien) no puedo evitar revisar todo lo que dije o hice en el día y cuestionarme si me puse en evidencia o recordar si él me miro alguna vez en el día, yo se que si cuento lo que pienso van a pensar que estoy loca y más de alguno me va a sugerir que tome pastillas y no sé, tal vez sea buena idea.
Aparte del sueño, tampoco tengo hambre yo sé que de seguir así me voy a enfermar, me obligo a comer lo suficiente pero no le encuentro ninguna gracia, Maira mi amiga se dio cuenta de que no estoy bien y amablemente me sugirió que fuera a un psiquiatra, no es mala idea pero ¿Qué le digo? ¿Qué el mino que me gusta no me pesca?, me va a mandar quizás a que parte para quitarme las ganas o de nuevo pastillas para calmarme.

Día 19
Siempre he dicho, a nadie le falta Dios, yo también tengo por ahí un “peor es na`” pero que saco si estoy como idiota por el otro imbécil que para más remate parece que le está dando alitas a mi amiguita , anda conversando con ella muy amorosiento, me da rabia y qué, me duele la cabeza, no quiero estar aquí, no quiero estar aquí, no quieeeeeeroooo.
Hable con otra amiga y me dijo que no perdiera el tiempo y que aprovechara lo que tengo, por lo menos me hace sentir atractiva, y ayuda un poco para el dichoso insomnio.


Día 21
Por fin hice caso de los consejos que me dieron y salí con mi amigo, fue una cena agradable y una buena despedida en la puerta de mi casa, sin esperar demasiado con sus manos dulcemente acercó mi cara a la suya y comenzó a besarme, no puedo decir que fue un mal beso ( debo reconocer que soy imposible y exigente) y cuando estaba por decirle “muchas Gracias” me acordé de Mauricio y juro que pude ver su cara, imaginarme que era él quien me besaba y me di cuenta que no era capaz de escuchar sonido alguno, que lo estrechaba con mas fuerza a mi cuerpo y solo quería disfrutar del momento, hasta que mi propia conciencia me recordó que esos no eran sus brazos, su cuello, su boca sus caricias y que no podría ser lo mismo y era mas que injusto para mi amigo, ( traté de ser diplomática, si es que se puede), dije las mismas estupideces que todo el mundo sabe que son mentiras, que yo no estaba bien, que no estaba preparara, tu eres maravilloso... pero... etc. Todo para evitar decir algo mas simple y sencillo pero también más doloroso “no me gustas”, y de nuevo terminé sola en mi cama mirando el techo y preguntándome por qué soy tan complicada.

Día 23
Después que me molestaba verlo entrar en la oficina, hoy daría cualquier cosa por volver a verlo, tiene un par de días de permiso ¿Para qué?, no tengo idea. Ni siquiera me molestaría que le coqueteara a la Maira o a cualquiera, con tal de verlo sonreír , no se si se ha dado cuenta de todo lo que he podido descubrir de él con solo mirarlo; se que cuando está concentrado trabajando o está preocupado comienza a morder el lápiz; si está cansado se pasa la mano por el cuello y se afirma la cabeza y si se enoja se le marca la venita de la frente de tanto apretar la mandíbula.
Me muero de curiosidad por saber dónde está en este momento ¿Por casualidad pensara un poquito en mi?