La locura de Camila ( III )

Bien, a conversaciones inocentes, miradas en los recreos pensó que había que aplicar algún plan para apurar el asunto y Camila le pidió a Juan que la ayudara a estudiar matemática, puede que alguién piense que esta idea no es de lo más original, pero creo que es algo que no pasa de moda, y aún hoy puede funcionar.
Esa tarde en la casa ella era todo nerviosismo, la radio convenientemente sintonizada en la emisora de música romantica, lo mismo con cualquier disco a la mano, luego la espera... los ventanales pasan a ser una tortura cuando uno espera que alguien aparezca, hay que tratar de controlar el temblor de la voz, el rubor de las mejillas, mientras tratas de memorizar el rostro de quien deseas .
Llegó Juan, un día de primavera con polera y short, cuesta concentrarse en los números cuando se sueña y espera "ese beso". No hay como el primer beso, sea de tu primer amor o el número X de tu lista, es lento, puro nervio, dolor de estómago, el corazón agitado a punto de salir por tu boca, el instante se vuelve eterno y tu mente puede nublarse hasta perder la nocion de tiempo, el mundo a tu alrededor parece desaparecer porque tus sentidos ya no perciben más que la cercanía con el otro, ese, ese si es un beso.
Luego de estudiar Camila le ofreció algo para beber se sentaron en el sillón y conversaron de sus familias y otros temas, pero como el destino a veces nos dá una ayudita, el gato de la casa llegó a molestar, ellos lo corretearon , pero el animal comenzó a pasearse en el respaldo y se detuvo entre ambos; al girar al mismo tiempo para mirar al felino sus caras se encontraron, se miraron largamente y dulcemente sus labios se unieron. Por primera vez pensó estar enamorada.
1 Comments:
bien, jamas intente que mi blog tubiera el tipo de "odio la vida", creo que es solo el momento que estoy viviendo, nada, prometo leer tu blog (aunque el rosa no sea mi color favorito) y te dare algun comentario, si te interesa de alguna forma, puedes leer el mio tambien.
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